Sí, puede parecer bastante normal en mí, pero nuevamente caí en ese estado deplorable en el cual ni siquiera te dan ganas de ir al baño, cuando estás toda la noche con la cara pegada al techo y ni siquiera se te ocurre porqué la gente duerme, ni porqué comen tanto, ni siquiera me anima la idea de jugar playstation, ni de tener mi adorado súper nintendo. Mucho menos la escuela. Tener que volver a ella fue como un mártir. Me sentía completamente desolado, como si me molestara todo lo que veía, todo, sí, absolutamente todo. Era como si los bancos, el pizarrón, la anatomía de mis compañeros y sus voces (mejor dicho, gritos) fueron especialmente diseñadas para fastidiarme. Lo único que marcó el hito de esta desesperación, fue Buffy la cazavampiros, la nieve que conocí al fin, y, claro está, donkey kong. Como sea, quizás soy un tío complicado, muy feminizado, como dijo hoy el profe de filosofía, yo lo veo diferente. No creo que el mundo me duela. Creo que simplemente no me satisface. En el colegio debemos aprender cosas que no queremos porque sí, y más encima nos obligan, tanto los padres como los profes (algunos) y ahora hasta los mismo compañeros. Todos me retan y yo sólo sonrío. Como si de algo sirviera eso. Creo que necesito masculinizarme mentalmente, para poder ser un hombre de acción sin imaginación, y aprender a copiar, porque soy terco, la química no me entra y no puedo obligarla simplemente. Es triste ser humanista en curso biólogo, pero creo que mis instintos me obligaron a quedarme allí. no sé qué es peor, si tener prueba mañana y no querer estudiar, o tener dos pruebas mañana y no querer siquiera terminar esta entrada. Estoy mal, pero mañana es otro día, y sólo me queda seguir sonriendo. |